El autor combina los apuntes de arte y arquitectura de cada edificio, con el recorrido por las personas y empresas que han sido propietarias. Un exhaustivo trabajo de periodismo de investigación que sitúa con precisión cuáles son las grandes familias y corporaciones que hacen del paseo de Gracia el baluarte de la ostentación y los negocios. Y es que son pocos los privilegiados que pueden hacerse un hueco en esta avenida. Estar significa formar parte del selecto club de los poderosos. Antes y ahora. La burguesía catalana y la internacional lo saben.

Grandes fondos de inversión, así como sociedades inmobiliarias o socimis, han desembarcado a golpe de talonario para conseguir un local comercial o edificios enteros. Prestigiosas firmas de lujo, hoteles de cinco estrellas o nombres propios como Amancio Ortega le han situado entre los ejes más deseados del mundo. Es por ello que se ha convertido en el kilómetro cero de la gentrificación, el epicentro donde el capital extranjero muestra orgulloso su poder y el escenario (o particular hoguera de las vanidades) de una burguesía local que quisiera pasar inadvertida.